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Aterrizar con gradiente

Los efectos del gradiente de viento son diversos, pero cerca del suelo se vuelven más importantes y, en un ala, puede resultar peligroso no tenerlos en cuenta. El gradiente descendente producido por el rozamiento con el terreno puede ser muy acusado, es necesario tener en cuenta qué efectos puede tener durante las maniobras de aproximación al aterrizaje.

El esquema inferior representa un ala girando dentro del gradiente, en este caso contra el viento. Durante este giro, que puede tener duraciones variables según el tamaño de la campa, tipo de aproximación, otras aeronaves… y debido a la inclinación que toma el ala para poder efectuarlo, el plano superior está inmerso en un viento más rápido que el inferior. En este caso el ala tiene tendencia a resistir la inclinación y responde peor o más despacio al mando.

Por el contrario, si el giro se realiza viento en cola, el plano superior es empujado, el ala tiende a sobreinclinar y a resbalar hacia dentro del giro. Además otros factores pueden incrementar la ralentización o aceleración de estos comportamientos, como la propia dureza de mando del ala, una velocidad inadecuada, una tendencia a caer hacia un lado, etc.

 

 

Es conveniente observar atentamente signos que pudieran indicarnos la existencia de gradiente acusado: la forma de columnas de humo, las copas de los árboles en movimiento y la base no, polvo cerca del suelo, etc. No olvidemos que esto se da cerca del suelo, que es cuando resulta peligroso. Pensemos siempre en el último o penúltimo giro: una resistencia excesiva al último giro puede sacarnos de la campa de aterrizaje o inducirnos a una maniobra brusca con peor resultado; una aceleración excesiva en el mismo puede precipitarnos contra el suelo antes de lo debido.

Alfredo P.