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Cómo hostiarse sin hacerse daño

Por Rob Wenban, (traducción libre de Agustín Hidalgo)

Así que de repente se te olvidaron las lecciones acerca de la configuración de aterrizaje, o has calculado mal la dirección del viento, o has dejado el ala en pérdida enel último giro y te diriges sin remedio a un rudo encuentro con la Madre Tierra. Vamos, que está claro que te vas a dar un buen leñazo. ¿Y qué hacemos ahora, tío listo?

Lo normal es que estés apretando a muerte la barra de control o los montantes, el cuerpo rígido, los ojos abiertos a tope y es fácil que hasta te mees encima. En cuanto al ala roza el tierra, te cuelas hacia delante a través del triángulo. Los esfuerzos de torsión en el húmero son superiores a las especificaciones del fabricante, el hueso se retuerce y se fractura en espiral. Eso va a necesitar cirugía, placas, tornillos, mucho tiempo sin poder trabajar y lo que es peor, sin poder vilar. Tu cara se estrella contra el suelo justo antes de que la quilla golpee hacia abajo en la parte posterior de tu cabeza, agrietando la estúpida chichonera que tu llamas casco, aplastando tu cabecita como un huevo, (joder, qué panorama).

Este artículo no trata de cómo evitar el dársela. En este punto, el leñazo es inevitable, y ya nos hemos saltado esa clase. Estoy asumiendo que tú seguro que ya sabes toso lo que había qu haber hecho para evitar llegar a esto. Y es hasta probable que hayas dado a menudo un montón de consejos a los novatos sobre cómo no llegar a esta situación, pero de alguna manera ta las has arreglado para llegar aquí. A cualquiera, y repito lo de cualquiera, le puede suceder en algún momento.

Este artículo es sobre cómo sacar lo mejor de una mala situación. Se trata de la forma de golpear el suelo sin hacerse demasiado daño. Minimizando el tiempo en el hospital y a se posible, ser capaz de volar de nuevo al día siguiente.

Voy a cubrir las formas más comunes de accidente y tratar de dar una versión resumida de la experiencia que he obtenido al chocar mucho a lo largo de los años y también de recoger algunos de los pensamientos de la gente con más experiencia en el asunto.

Puntos clave

1. Usa ruedas: Sí, sí, lo sé, se ven torpes, te ves como un aprendiz y que no son aerodinámicas. ¡Gilipolleces! A menos que seas capaz de volar el ala hasta el límite de tu capacidad y que seas tan bueno que puedas notar la diferencia en el coeficiente de resistencia con o sin ruedas, o que esa diferencia es lo que te va a dejar sin ser Campeón del Mundo, lo que tienes que hacer es usar ruedas. Se pierde muchísimo más rendimiento volando mal que por llevar un juego de ruedas. ¿No mé crees? Se le puede dar caña con una Discus a un nutrido grupo de pilotos con alas calvas de carbono. Pensemos en esto: ¿Mejor ala? ¿Menos resistencia? ¡No, mejor piloto! ¡Usa ruedas!

2. Rompamos el ala, no tu cuerpo: Se pueden comprar recambios del ala, pero no del cuerpo. Hay que hacer lo que se pueda para que alguna parte del ala golpee el suelo antes que tu cuerpo. ¿A Quién le importa si se rompe el borde de ataque o si se rompe el montante? ¿A quién le importa, si a cambio tú no te haces daño?

3. Adoptar la posición de talegazo: Si no tienes muchas ganas de leerte todo este artículo entero, simplemente quédate con lo siguiente:

Esto es lo que yo entiendo por “adoptar la posición”

1. Relájate.

2. Libera una mano.

3. Extiende tu mano libre sobre el pecho.

4. Mira en dirección a la axila del brazo agarrado, como si fueras nadando a croll.

¿Por qué?

1. Los borrachos y los bebés casi nunca se lesionan cuando se caen, porque están relajados. Un hueso se rompe con más facilidad si ya está cargado por la tensión muscular. Piensa en los pilotos de Moto GP cuando ruedan por el suelo a 200 km/h. Se levantan, lanzan su casco contra el suelo y se van andando.

2. Si te sujetas sólo con una mano, todo tu cuerpo pivotará alrededor de la mano agarrada. Esto tiene dos efectos positivos: en primer lugar, tu cuerpo intentará pasar a través del triángulo alrededor de la mano de agarre, haciendo que golpees al otro montante con la otra cadera. En segundo lugar, tu cabeza no llegará a la quilla. Mejor que la parte más delicada de tu cuerpo no llegue a la parte más fuerte del ala.

3. Extendiendo tu mano libre sobre el pecho significa que vas a rodar con tu hombro bajo, al igual que un judoka hace al rodar en una caída, extendiendo el impacto a través de su espalda y los hombros. Al hacer esto se añade protección extra para partes importantes de tu cuerpo como el corazón y los pulmones. También significa que es probable que golpeemos el otro montante con la placa trasera del arnés, la parte más fuerte.

4. Lo de mirar en dirección a la axila del brazo agarrado, vuelve tu cara lejos del punto de impacto. Si tienes un casco integral, la protección de la barbilla se apoyará en el pecho o la clavícula, evitando el exceso de fuerzas de flexión en el cuello.

Ahora que sabemos cómo adoptar la posición echemos un vistazo a los escenarios concretos.

Empujamos demasiado pronto: Podemos resumir esto en tres palabras – ¡Aguántalo a tope! Si aguantas el flare a tope (suponiendo que no tengas 20 metros de altura) lo que va a pasar es que volverás a caer de nuevo a tierra, la quilla y los montantes primero. Es probable que al caer muy fuerte, no puedas aguantar el triángulo y este golpee contra el suelo y que incluso puedas dobles el extremo de la quilla o doblar un montante, pero no te vas a hacer mucho daño. Si por el contrario hubiésemos intentado dar marcha atrás e intentado bajar el morro para salvar la situación, seguro que vamos a ir de morros contra el suelo.

Empujamos demasiado tarde: Vas a terminar aterrizando de barriga. Si tienes ruedas, serán unas risas y a sacurdirse el polvo. Si eres tan bueno que no necesitar ruedas porque eres un figura y porque se te presupone que nunca te la pegas, entonces tendrás que “adoptar la posición de talegazo”.

Aterrizaje a favor del viento: Parece que este suelo pasa demasiado rápido, ¡eh! Tienes dos opciones. Si eres inteligente y tienes ruedas, sólo tienes que aguantar tumbado, que rueden las ruedas y a tomar de barriga, no hay problema. Si la inteligencia no es tu fuerte y no tienes ruedas, será mejor que te prepares para un empujón fuerte a tope, pero que muy fuerte y estar listo para correr muy, muy rápido. S i ves claro que eso no va a salir bien, pues ya sabes: adoptar la posición de talegazo y tener lista tu tarjeta de crédito.

Aterrizaje en los árboles: Mantener la cremallera cerrada: esto reducirá la posibilidad de cortes, arañazos y nuevos agujeros en tu cuerpo. Considera la parte superior de los árboles como si fuese el nivel del suelo e intenta aterrizar plano de panza. Una vez que se haya asentado el ala en la parte superior del árboles, entonces se puede considerar el cómo bajar. Si estás más alto de lo que estás dispuesto a caer, permanece allí y utiliza tu radio. puede que estés más seguro en tu arnés y en contacto por radio que estampado en el suelo por un intento de bajar sin los medios adecuados. Si vuelas en zonas donde aterrizar sobre árboles es posible (por ejemplo los Alpes), has de llevar siempre un rollo de hilo dental y un silbato en tu arnés. Se utiliza el silbato para llamar la atención y el hilo dental para subir una cuerda desde el suelo.

Hierba alta o maleza: Tenemos que considerar la parte superior de la hierba/maleza como si fuera el nivel del suelo – independientemente de qué altura tenga ésta. Aterrizar normalmente con un buen empujón y nos posaremos de pie, entrando nuestras piernas en vertical a través de la hierba.

Vallas: Hacer lo que hacen los pájaros. hacer un buen flare (empujón), poner los pies hacia adelante y asegurarse de que lleguen los primeros a la valla. Si eres alto podrás botar en al parte superior de la valla y dejarte caer al otro lado. Si eres bajito, te quedarás a este lado de pie o sentado de culo.

Personas / animales: Esto es más común de lo que la mayoría podría pensar, sobre todo en la playa. El público en general se suele quedar pasmado, como los conejos frente a los faros del coche. Ellos no entienden que no tenemos frenos y que nuestra maniobrabilidad es limitada a baja velocidad. Hacer el mayor ruido posible, gritar o silbar. “¡Fuera del camino!”, “sin frenos, sin frenos”. No es momento de cortesías. Si la colisión parece inevitable, tratarlos como una valla. Es mucho mejor empujar a tope y darles con las plantas de tus pies que con el morro del ala. A continuación, adoptar la posición.

Agua (el mar, río o lago): Considerar la superficie del agua como la del suelo. Aterrizar contra el viento con la cremallera del arnés abierta y tan “fuera” del mismo como puedas. El ala flotará durante un tiempo debido a los tubos tapados, por lo que tienes tiempo para desengancharte a continuación y salir del arnés. Hay más espacio para escapar de debajo de la vela por el borde trasero que por la parte frontal. El arnés va a flotar debido a la espuma de celda cerrada que se utiliza. Si el casco está certificado también tendrá un revestimiento de espuma de poliestireno y por lo tanto va a flotar muy bien. ¿Qué hacer después de salir? Depende de cómo de lejos de la costa estés. Si estás demasiado lejos igual es mejor quedarse junto al ala, para que puedas ser visto mejor. Si estás cerca de la costa y estamos seguros de nuestra habilidad natatoria, quitarnos las botas y dirigirnos a tierra.

Cremallera de arnés atascada: Los arneses de calidad modernos tienen las cremalleras instaladas con una tira de velcro para hacer frente a esta eventualidad. Si es así, despegar manualmente un trozo de velcro y abrirse camino con la rodilla hacia el exterior. Entonces es sólo un aterrizaje normal. Si no tienes velcro ¡no te desconcentres por tratar de liberar el cierre! ¡concéntrate en el vuelo! planifica tu toma y aterriza de panza sobre las ruedas. ¿Qué me dices? ¡Yo no utilizo ruedas! Son para los alumnos y los débiles… Bueno, en este caso, ya sabes, “adopta la posición de talegazo”.

 

Sobre el autor:
Empecé a volar a los 14 años de edad en planeadores, después avionetas, luego ala delta, de vuelta a avionetas, a continuación ultraligeros, y luego de vuelta a las alas delta.
Cuando empecé el ala delta en 1975 no había escuelas ni instructores, así que éramos todos autodidactas. Como resultado de ello tuvimos muchos accidentes. Aprendimos, literalmente, por ensayo y error. Algunas personas se rompieron los huesos y murió alguno de nosotros. Nunca me he considerado un figura como piloto. Nunca he estado en una competición, ni mucho menos ganado nada. Sin embargo, yo personalmente he tenido algún accidente en cada uno de los escenarios anteriores, más de una vez en un par de casos (¡de lento aprendizaje!) Así que supongo que el hecho de que todavía estoy aquí, me hace por lo menos un poco cualificado para hablar de ello. Espero que lo hayas encontrado útil y que te ayude a convertir los desastres en historias de bar.

Descargo de responsabilidad. Los consejos que doy aquí han funcionado para mí, pero pueden no funcionar bien para tí. Te recomiendo no obstante que cotejes todo lo anterior con instructores y expertos de confianza. Vuela dentro de tus límites. Vuela con pilotos que tienen más experiencia que tú, aprende de ellos y utiliza la experiencia que consiguieron con sus incidentes. Utiliza siempre tu mejor criterio y en caso de duda no vueles – el cielo siempre está ahí.

Rob Wenban, 2010